03/07/2020

Serie Irresistible - Stella Rhys


 Serie Irresistible - Stella Rhys


1- Sweet spot 

Nuestro primer encuentro como vecinos fue jodido desde el principio.

Él era caliente. Yo estaba sin ropa. Y no tuvimos ninguna infernal oportunidad de ser platónicos.
Seré la primera en admitir que vivo al extremo. Después de diez años encerrada en lo que parecía un matrimonio disfuncional, ahora estoy definitivamente libre de hombres. En casi tres años no he tenido novios, peleas, citas ni sexo. Por el bien de la carrera de mis sueños, el sacrificio ha sido fácil. O al menos hasta ahora lo era.
Hasta que llegó él.
Lukas Hendricks.
Es grosero, hermoso, arrogante, una pared tallada en piedra de músculos y distracción. Él es todo lo que debo evitar, pero no hay como evitar a tu vecino de al lado.
Oh si. El hombre vive a tres pasos de mí, y para empeorar las cosas, apareció en mi vida mientras estaba relajada en la bañera - mortificante por decir lo menos - y fue algo así: Estaba expuesta. Me vio. Se rió. Y me quedé bloqueada.
En resumen, Lukas Hendricks fue un problema desde el principio. ¿Y yo? Yo estaba, por primera vez en años, a punto de ser follada.





2- Bad boss 


Se suponía que era mi primera y única aventura de una noche. Definitivamente no se suponía que se convirtiera en mi jefe.

Siempre había sido la chica buena, la adicta al trabajo con cada segundo de su vida planeado a la perfección. Entonces quedé atrapada en un ascensor con Julian Hoult. Él era... irresistible. Sexo sofisticado en una pulcra camisa blanca. Solamente su voz me puso de rodillas. ¿Que se suponía que debía hacer?
Bien...
Puedo decirte lo que definitivamente no debía hacer. Se suponía que no debía encontrarme con él nunca más. Se suponía que no debía estar desesperadamente desempleada y definitivamente no debía aceptar su pequeña y sucia oferta de trabajo. Pero no pude resistirme.
Como CEO del imperio Hoult Media, Julian no se detendrá ante nada para conseguir lo que quiere. Así que, para su próximo negocio con los multimillonarios más lascivos de Manhattan, me contrató para que actuara como cebo. Y aunque mi título oficial es Asistente Ejecutiva, mi trabajo real requiere tops pequeños, faldas ajustadas y hacer alarde de todos mis atributos hasta que sus clientes sean fáciles de doblegar, hasta que ya no puedan pensar por sí mismos.
Es sórdido e incorrecto. Va contra todo por lo que he trabajado. Pero con Julian como mi espectador, no puedo evitar disfrutar cada segundo. Gracias a él, estoy abrazando mi lado malo, y lo juro... Nunca en mi vida me sentí tan bien.

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