Gentleman Nine - Penelope Ward
Al crecer, los tres éramos amigos.
Él era el nerd.
Yo era el playboy.
Ella era la belleza.
En el fondo, sólo la quería a ella. Lo mantuve en secreto
porque Rory y yo hicimos un pacto que nuestra amiga Amber estaba prohibida.
Mintió.
Fui a la universidad y él se quedó con la chica.
Amber nunca supo cómo me sentía.
Estuvieron juntos durante años, antes de que él le rompiera
el corazón.
A través de todo y a través de los kilómetros, ella y yo nos
mantuvimos en contacto casualmente.
Cuando mi trabajo me envió a Boston para un contrato de tres
meses, Amber me dejó quedarme en su habitación libre.
Aún tambaleándose por su ruptura, ella juró que había
terminado con los hombres.
Una noche, abrí su computadora para encontrar la sorpresa de
mi vida. Con dudas, contactó con una compañía de acompañantes masculinos. Temía
salir con alguien y que le volvieran a romper el corazón, buscaba sexo sin
ataduras.
Todas las emociones imaginables pasaron a través de mí:
protección, celos—curiosidad.
Amber había elegido al Caballero Número Nueve y le envió un
mensaje.
Ella se abrió a él, confesando, entre otras cosas, su
atracción física hacia su amigo: yo. Pero ella me consideraba fuera de los
límites y creía que yo era un prostituto. (Irónico, considerando las
circunstancias.)
Eventualmente, concertó una cita para conocer al Caballero
Nueve en un hotel.
Cuando apareció varias noches después para reunirse con él,
se quedó atónita al verme allí de pie, con una oferta que esperaba que no
rechazara.
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